LA POBREZA: EL DESAFIO DE LA SOCIEDAD ARGENTINA
Es posible que la más cruda
realidad a enfrentar y reconocer, nos lleve en nuestra sociedad a vernos
interpelados por el ESCÁNDALO DE LA
POBREZA en un país con ingentes recursos.
Es decir que enfrentamos una injusticia distributiva que no puede
continuar, bajo lo imperioso de superar el clientelismo con nuestros millones
de conciudadanos que han sido obligados a perder su identidad como personas y
su dignidad.
La realidad de nuestra sociedad
es compleja. Cuanto más compleja, es más dificultoso tratar de interpretarla
con la finalidad de proponer soluciones a los graves problemas que enfrenta. Es
intención de este análisis avanzar en un esquema de interpretación que oriente
soluciones que lleven al bien común.
Existen dos grandes grupos de
temas, traspasados por dos restricciones centrales, una política y otra sociológica.
EL PRIMER GRUPO DE TEMAS comprende cuatro aspectos:
GRADUALISMO, CONVERGENCIA, RECONVERSIÓN DE LAS GRANDES VARIABLES MACROECONÓMICAS Y REACCIONES DESIGUALES EN LA
REACTIVACIÓN PRODUCTIVA. Estas serían
las características centrales de la nueva política económica iniciada en Enero
de 2016 y que puede ser monitoreada en base a este primer grupo de ideas. Como
el Gobierno Nacional opera en minoría, el éxito de la política económica
depende, también, de la oposición, es decir al logro de acuerdos que le
otorguen racionalidad y coherencia.
Por ello, aparece la RESTRICCIÓN POLÍTICA. El establecimiento de reglas de juego de largo
plazo que permitan concretar la aspiración de una estabilidad en las variables
macroeconómicas que lleven a una convergencia de mediano y largo plazo,
requerirá un CONSENSO PARA EL BIEN COMÚN DE LARGO PLAZO QUE PRIVILEGIE LA
JUSTICIA DISTRIBUTIVA INTERGENERACIONAL Y SUPERE EL CORTOPLACISMO
ELECTORALISTA.
Sin este acuerdo, no solamente de las fuerzas políticas sino de toda la
sociedad, no será posible el éxito del plan gradualista y menos aún de
concretar la convergencia de las grandes variables.
EL SEGUNDO GRUPO DE TEMAS comprende, centralmente, LA POBREZA Y LAS FORMAS DE SUPERARLA. Más
aún, se hace imperioso preguntarnos, ante cualquier política económica, ¿Qué
HACEMOS CON LOS POBRES? Con una
pobreza medida por el INDEC no menor al 30% de la población, debe tomarse
conciencia de que 12/14 millones de argentinos están bajo la línea de pobreza
y unos 3 a 4 millones de conciudadanos
afectados por la indigencia.
Aquí aparece la RESTRICCIÓN SOCIOLÓGICA, en la medida
que la pobreza no solamente es elevada sino compleja en su composición y
estructura.
En el corto plazo, la sociedad no puede sino afrontar LA
SOLIDARIDAD COMO PRINCIPIO ESTABLE y desarrollar una política de BIENES
BÁSICOS, más acorde con la atención de la pobreza crítica.
En un mediano y largo plazo, el desafío es más exigente, ya que nos
lleva a enfrentar las formas por medio de las cuales sacaremos de la pobreza,
hacia oportunidades personalizantes, a los que hoy están fuera del mercado y
del acceso a los bienes y servicios.
Para lograr este objetivo clave, deben destacarse dos etapas. La primera y más inmediata es el
logro de las metas graduales propuestas por la política económica actual hacia políticas monetarias, fiscales,
cambiarias e inflacionarias convergentes y estables, cuya volatilidad e
incertidumbre son las que más afectan a los pobres y a las oportunidades de
empleo digno. De todos modos, estas acciones, si llevan al crecimiento
económico, permitirán mejorar en una primera etapa el nivel de pobreza, pero,
serán una base o condición necesaria que requerirá de una propuesta más
estructural y estratégica que el mero
ordenamiento macro y el crecimiento económico. Ese desafío crítico comprende la CREACIÓN DE PUESTOS DE TRABAJO DE MAYOR
CALIDAD MEJOR REMUNERADOS.
Con la actual estructura productiva que contiene una tendencia
capital intensiva, con una cada vez menor demanda de mano de obra por unidad
producida; la crisis de la educación con
el 40% de la población en edad secundaria que no concluye exitosamente este
nivel y un mercado informal de trabajo del orden del 40% de los empleados, se hace necesario pensar en una respuesta
estructural y estable con fuerte contenido estratégico para obtener logros
significativos en la reducción de la pobreza.
En este sentido adquiere importancia relevante el MERCOSUR y el Resto de América Latina, para diseñar
una estrategia superadora de la pobreza estructural. La
idea central es que Argentina, por vía del Mercosur, defina una propuesta
de crear puestos de trabajo de mayor calidad mejor remunerados por medio de un
proceso de generar oportunidades productivas sustituyendo importaciones desde
extrazona( desde fuera de América Latina), con valor agregado, y generar una política industrial segmentada
por niveles de tecnología que puedan demandar una población trabajadora también
segmentada por niveles educativos, compatibles con la complejidad tecnológica
de la demanda laboral de cada etapa.
Por lo anterior, debemos enfrentar un enorme desafío como sociedad en
el marco latinoamericano.
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